La Catedral de Copiapó, oficialmente denominada Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, se erige como un monumento histórico y espiritual en el corazón de la ciudad. Situada en el costado poniente de la Plaza Prat, en la intersección de las calles Chacabuco y O’Higgins, esta catedral es el principal templo de la Diócesis de Copiapó y un testimonio viviente de la rica historia y tradición de la región.
Antes de la majestuosa construcción que hoy conocemos, en el mismo lugar se alzaba una pequeña parroquia edificada entre 1748 y 1750, que lamentablemente fue destruida por el Terremoto de Copiapó de 1796. No obstante, la fe y la resiliencia de la comunidad dieron lugar a la construcción de la actual catedral, cuyos cimientos se iniciaron en 1840 y sus puertas se abrieron al público en 1851.
La catedral no solo es conocida por su arquitectura única, construida con madera de doble tabiquería y adornada con columnas en su frontis, sino también por ser un lugar de descanso eterno. En su interior, se conservan lápidas de ilustres ciudadanos y el mausoleo del obispo de Copiapó Monseñor Fernando Ariztía Ruiz.
En 1958, este templo fue elevado a la categoría de catedral, cuando el papa Pío XII creó el Obispado de Copiapó, consolidando aún más su importancia religiosa y cultural. Posteriormente, el 29 de octubre de 1981, fue declarada Monumento Nacional, reconociendo su valor patrimonial y artístico.
Embárcate en un viaje espiritual y cultural visitando la Catedral de Copiapó. Al recorrer sus pasillos y admirar su arquitectura, podrás sentir la historia y la devoción que impregnan cada rincón de este sagrado lugar. La catedral no es solo un espacio físico; es un viaje en el tiempo que invita a descubrir y valorar la herencia y la fe de la comunidad de Copiapó.