Los Bailes Chinos son una de las manifestaciones culturales y religiosas más emblemáticas y tradicionales de Chile, especialmente en la celebración de la Fiesta de la Candelaria en Copiapó. Estos bailes, reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, son una expresión única de devoción, música y danza que ha perdurado por generaciones en el país.
El origen de los Bailes Chinos se remonta a tiempos coloniales y, a pesar de su nombre, no tienen relación con China. Se cree que el término “chino” proviene de la palabra quechua “chino”, que significa “servidor” o “asistente”. Estos bailes son una forma de servir y rendir homenaje a las divinidades y santos, a través de la música y la danza.
La música de los Bailes Chinos es interpretada con instrumentos tradicionales como la flauta traversa, el tambor y las cajas. Los danzantes, vestidos con trajes coloridos y sombreros adornados con cintas y plumas, se mueven al ritmo de la música en una danza que combina movimientos rápidos con momentos de pausa y reflexión. Las melodías y ritmos son repetitivos, creando un ambiente hipnótico que invita a la meditación y la conexión espiritual.
En la Fiesta de la Candelaria, los Bailes Chinos tienen un lugar especial. Agrupaciones como el “Baile Chino N°1 Nuestra Señora de la Candelaria” y el “Baile Chino Mixto N°6 Nuestra Señora de la Candelaria” se preparan durante meses para participar en esta celebración. Con ensayos, preparación de trajes y organización de actividades, estas agrupaciones se esfuerzan por mantener viva la tradición y rendir homenaje a la Virgen de la Candelaria.
El día de la festividad, las calles de Copiapó se llenan de color y música. Los Bailes Chinos danzan en procesiones, ofreciendo su música y danza como una ofrenda a la Virgen. Es un momento de alegría, devoción y comunidad, donde la tradición y la fe se unen en una celebración única.
Los Bailes Chinos de la Candelaria no son solo una manifestación religiosa; son una expresión cultural que refleja la rica tradición y diversidad de Chile. A través de la música, la danza y la devoción, estos bailes cuentan la historia de un pueblo y su conexión con lo divino.