La Casa de los Empleados del Ferrocarril de Copiapó, una joya arquitectónica de la ciudad, fue declarada Monumento Nacional el 29 de octubre de 1981, bajo el Decreto Supremo N° 7817. Esta distinción no es en vano, pues su diseño colonial y su ubicación adyacente a la estación ferroviaria de la ciudad la hacen un punto de referencia ineludible.
Al observarla, uno se encuentra con una columnata dórica que refleja su estilo neoclásico. Esta casa, construida alrededor de 1860 y restaurada en 1993, es una gran residencia de un solo volumen que posee dos corredores que se extienden a lo largo de toda su longitud. Estos corredores están delimitados por sencillas columnas de forma cónica trunca, hechas de madera y coronadas por una cornisa con molduras.
La estructura de la casa fue construida principalmente con pino Oregón. Además, se utilizó caña de Guayaquil y barro para completar los muros, una técnica común en las construcciones de esa época. La simetría es una característica destacada de esta edificación, evidente en su fachada, techumbre y muros. El acceso principal a la residencia se realza con un frontón de altura triangular, detrás del cual se erige una pequeña torrecilla de madera.
Este edificio es el testimonio de un pasado esplendoroso de Copiapó cuando el ferrocarril fue el eje modernizador de la ciudad, de su economía y de su estilo de vida.