El Faro Punta Caldera, ubicado a 5 km al poniente de Caldera, es una joya arquitectónica y patrimonial que se erige como un testigo silente de la historia marítima de la región. Este faro es único en Chile debido a su construcción en madera de pino Oregón con una planta cuadrangular y una altura de 18,5 metros. Su distintiva techumbre está rodeada por una baranda de fierro, y cuenta con un panel giratorio de color blanco que destella cada 90 segundos, con un alcance luminoso de 15 millas náuticas.
El revestimiento exterior del faro se compone de un entablado de madera horizontal pintado en franjas alternadas de color rojo y blanco, otorgándole un aspecto distintivo y reconocible a la distancia. Posee cuatro ventanas dispuestas de manera vertical en cada una de sus caras, permitiendo una vista panorámica del océano y sus alrededores.
La historia del Faro Punta Caldera se remonta a su inauguración el 1 de marzo de 1868. Desde entonces, ha sido uno de los lugares de encuentro y celebraciones más importantes de la ciudad. Fue diseñado por Enrique Siemsen y construido en 1866. Su estructura y revestimientos, hechos de madera de pino oregón, lo convierten en el cuarto faro más antiguo del país. Además, su base cuadrada y estructura piramidal lo hacen único en su tipo en Chile. A nivel nacional, su número de orden es 78, y a nivel internacional, es reconocido con el código G-1924.
A lo largo de los años, el faro ha sido objeto de diversas restauraciones y mantenimientos. En 1987, fue restaurado manteniendo su forma y color original. Más recientemente, en 2017, se llevaron a cabo labores de mantención debido al deterioro en la parte superior de la estructura y al desprendimiento generalizado de la pintura interior y exterior. Estos trabajos se realizaron en el marco del Plan de Recuperación de Faros Habitados y Deshabitados, basándose en las necesidades remitidas por los diferentes Centros Zonales de Señalización Marítima a lo largo del país.
El faro es de propiedad del fisco y está administrado por la Armada de Chile. Para aquellos interesados en visitarlo, se encuentra habilitado un camino que puede ser recorrido por vehículos de tracción en las cuatro ruedas. Sin embargo, dada su cercanía con la ciudad de Caldera, también es posible recorrer el trayecto a pie, disfrutando del paisaje costero y de la brisa marina.
Al visitar el Faro Punta Caldera, no solo se tiene la oportunidad de conocer una pieza arquitectónica única, sino también de conectarse con la historia marítima de la región y de disfrutar de vistas panorámicas inigualables del océano Pacífico. Es, sin duda, un destino imperdible para quienes visitan Caldera y sus alrededores.
