La Fiesta de la Candelaria en Copiapó es una de las celebraciones religiosas más emblemáticas y tradicionales de la Región de Atacama. Cada año, en el mes de febrero, la ciudad se viste de colores, música y danzas para rendir homenaje a la Virgen de la Candelaria, en una manifestación de fe y devoción que ha perdurado por generaciones.
Uno de los aspectos más destacados de esta festividad son los bailes religiosos. Estos bailes, que combinan la tradición, el folclore y la espiritualidad, son el alma de la celebración. Grupos de danzantes, vestidos con trajes típicos llenos de color y significado, recorren las calles de Copiapó al ritmo de tambores, cajas y trompetas, en una expresión de alegría y devoción.
Cada agrupación de bailes religiosos tiene su propia historia, tradición y particularidades. Algunos de estos grupos llevan décadas participando en la fiesta, transmitiendo sus tradiciones de generación en generación que año tras año se preparan con esmero y dedicación para rendir homenaje a la Virgen.
La preparación para la Fiesta de la Candelaria comienza meses antes. Las agrupaciones ensayan sus danzas, confeccionan y reparan sus trajes, y organizan actividades para financiar su participación en la festividad. Es un trabajo comunitario, donde todos los miembros de la agrupación se involucran y colaboran.
El día de la celebración, la ciudad de Copiapó se transforma. Las calles se llenan de color, música y alegría. Las procesiones recorren la ciudad, y los bailes religiosos danzan en honor a la Virgen, en una muestra de fe y devoción. La comunidad se une para celebrar, y la Fiesta de la Candelaria se convierte en un espacio de encuentro, tradición y cultura.
La Fiesta y Bailes de la Candelaria no son solo una celebración religiosa; son una manifestación cultural que refleja la identidad y tradición de la Región de Atacama. Es una oportunidad para fortalecer la cohesión comunitaria, transmitir las tradiciones a las nuevas generaciones y celebrar la rica diversidad cultural de la región.